Enero 22 de 2013

Así quedó estipulado en la ley que pasó a sanción presidencial, la cual establece las medidas integrales de prevención, detección temprana y tratamiento a las menores entre los 9 y los 10 años de edad.

Como parte de la estrategia nacional para reducir la morbilidad y mortalidad por Cáncer de Cuello Uterino (CCU), el Congreso de la República aprobó la inclusión en el Esquema Único de Vacunación para Colombia, la vacuna contra el Virus del Papiloma Humano (VPH).

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), este virus es el más común del aparato reproductor y provoca el 99 % de los casos que resultan en CCU. En el mundo se reportan 260.000 muertes de mujeres cada año por esta enfermedad y más del 80 % de la carga de la misma se presenta en los países menos desarrollados, donde es la principal neoplasia o tumor maligno detectado entre las mujeres. Por su parte, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) afirma que entre 1996 y 2001, 74.855 mujeres de 13 países latinoamericanos murieron por esta enfermedad.

En Colombia, de acuerdo con estimaciones nacionales de incidencia de cáncer realizadas por el Instituto Nacional de Cancerología, entre el 2000 y el 2006 se presentaron 38.571 casos anuales de cáncer en mujeres. La tasa de incidencia para CCU fue de 36,4 casos nuevos por 100.000 mujeres, con cerca de 6.900 casos nuevos anuales; cifras que convierten a la enfermedad en la segunda causa de muerte por cáncer femenino en el país.

Según Claudia Wilches, senadora del partido de la U y autora del proyecto de ley, "uno de los factores de riesgo identificado como facilitador para la propagación de la infección es el inicio a temprana edad de la actividad sexual (antes de los 14 años) y se ha comprobado que el riesgo crece hacia el final de la adolescencia. Es por esto que la norma va dirigida a las menores entre los 9 y los 12 años de edad, lo que garantiza la disminución de las repercusiones en el sistema de salud pública".

Antes de incorporar una nueva vacuna al programa de inmunización, nacional, departamental o distrital, se debe evaluar si esa incorporación es factible y sostenible con base en criterios técnicos previamente definidos, para determinar si constituye realmente una inversión prioritaria en salud pública. Es por esto que en el país la introducción de la vacuna comenzó con una evaluación de desempeño a través de la campaña realizada en agosto del 2012, la cual se enfocó en niñas escolarizadas en instituciones educativas públicas y privadas de cuarto grado de básica primaria y que en el momento de la vacunación tenían entre 9 y 17 años de edad. Esta primera etapa fue fundamental para que el proyecto de ley fuera aprobado y pasara a sanción presidencial. Se dijo inicialmente que la segunda fase, la cual se llevará a cabo a partir de febrero del 2013, sería para niñas no escolarizadas ubicadas en las zonas urbana y rural de difícil acceso. Sin embargo, durante la rendición de cuentas del Ministerio de Salud y Protección Social, realizada el 21 de enero, la cartera anunció que el proceso se iniciará con las niñas de cuarto de primaria, es decir, las que están entre 9 y 10 años y después se vacunará a todas las estudiantes que están en bachillerato.

Para determinar el número de la población, el Ministerio realizará entre febrero y abril un censo de las niñas que están en bachillerato, el cual se estima de 3,5 millones de estudiantes.

Cuando la niña es vacunada, el vacunador le da un carné donde se pone la fecha en la que se dio la vacuna, el nombre de la vacuna que se está aplicando y la fecha en la que se debe aplicar la próxima dosis. Este mecanismo les permite a las niñas, padres o cuidadores, así como al personal de salud llevar un seguimiento de la historia de vacunación. Para garantizar la conservación del carné, la niña solo podrá ingresar a su respectiva escuela o colegio si lo porta y se encuentra actualizado. Esta vacuna es capaz de crear defensas y así combatir al virus.

Aunque la medida ha sido vista como un gran paso para combatir el CCU en el país, expertos como Jaime Duarte, subdirector médico de la Liga Colombiana contra el Cáncer, aseguran que la introducción de la vacuna es muy reciente y aunque los resultados son alentadores, no se puede concluir que sea el mecanismo de control de la enfermedad.

"Recordemos que la medida de vacunación solo cubre a las niñas, por lo que las mayores deben aplicarse la vacuna de forma particular, llegando a pagar hasta 105.000 pesos por dosis, precio casi inasequible para las mujeres que hacen parte de los 15,2 millones de colombianos afectados por la pobreza. Además, la toma de la citología, que es la forma de detectar la enfermedad, ya no es un problema como lo revela el estudio de demografía y salud (ENDS 2010) de Profamilia y el Ministerio de Salud y Protección, donde se evidencia que el 86 % de las mujeres se la toman. Lo que ocurre es que en regiones rurales y periféricas, las muestras o los resultados se pierden y la mujer nunca sabe el resultado", afirma Duarte.

El médico también insiste en que el hombre es portador asintomático y debe involucrarse en todos los programas de educación y prevención y que, de la mano con la vacunación, es fundamental trabajar en la educación sexual. Al respecto, la senadora Wilches explicó que la iniciativa incluye la adopción de medidas integrales dirigidas a prevenir, detectar tempranamente, brindar tratamiento oportuno, seguimiento, control y atención de infecciones por VPH.

Finalmente, cabe señalar que datos epidemiológicos y virológicos de diferentes organismos de la salud internacionales establecen que aunque los tipos 16 y 18 del virus son los más comunes en el mundo, el 33, 39 y 59 se concentran en Centroamérica y Suramérica y la vacuna que se introducirá en Colombia será la tetravalente que protege contra los serotipos 6, 11, 16 y 18.

Qué es el VPH
El Virus del Papiloma Humano, papilomavirus o VPH es una infección de transmisión sexual, por lo que es considerada dentro del grupo de enfermedades venéreas. Es un virus de tamaño pequeño, con un ADN circular de doble cadena.

Los VPH tienen la capacidad de infectar todo tipo de epitelio, lo cual lleva a que se forme un crecimiento benigno, verruga o papiloma, ubicado en cualquier lugar del cuerpo, o lesiones malignas asociadas con el desarrollo de cáncer cervical y otros tipos de cáncer.

Aproximadamente, la mitad de las mujeres infectadas con VPH desarrollan anticuerpos séricos detectables, pero estos anticuerpos no protegen contra sucesivas infecciones por el mismo tipo viral.

Se desconoce el grado y la duración de la inmunidad inducida por la infección natural; por lo que es posible la reinfección por los mismos genotipos.

La mayor parte de las infecciones con VPH en mujeres jóvenes son temporales y tienen poca importancia a largo plazo. El 70 % de las infecciones desaparecen en un año y el 90 % en dos años. Sin embargo, cuando la infección persiste ―entre el 5 y el 10 % de las mujeres infectadas― existe el riesgo de desarrollar lesiones precancerosas en el cuello del útero (el cérvix), que puede progresar a cáncer cervical invasivo.

Si la vacuna no llega al colegio, las directivas pueden comunicarse con el Ministerio de Salud en la línea de atención nacional gratuita: 018000 91 00 97.