Los empresarios y el sector salud
Augusto Galán Sarmiento MD.MPA
Director del Centro de Pensamiento Así Vamos en Salud. Exministro de Salud
El anuncio del grupo SURA la semana pasada de crear Vaxthera, la empresa que establecerá una planta de 35 mil metros cuadrados con una inversión inicial de $54 millones de dólares para la investigación, desarrollo, producción y manufactura de vacunas humanas y otros biotecnológicos en Medellín, reabre la posibilidad para que nuestro país tenga la capacidad de autoabastecerse y pueda exportar a la región y al mundo. Una decisión que trae una meta ambiciosa sin duda.
Los grupos económicos han incursionado en el sector salud, en el terreno de la prestación de los servicios médicos primordialmente. Ha habido donaciones que han apoyado proyectos de centros hospitalarios en varias capitales. El grupo Ardila Lulle ha contribuido al desarrollo de polos hospitalarios en Bucaramanga y Bogotá. El grupo Luis Carlos Sarmiento Angulo, por ánimo e inversión propios, pronto inaugurará en el Distrito Capital, el que será el centro oncológico más grande del país y quizá de Suramérica, en el cual habrá un espacio amplio para la investigación y el desarrollo de tratamientos contra el cáncer.
Ahora bien, a nuestro modo de ver, en este momento clave de la salud en el país y en el mundo, ante los retos y las enseñanzas que nos ha presentado esta pandemia por Covid-19, el anuncio del grupo SURA trae tres mensajes fundamentales que vale la pena resaltar.
En primer lugar, la inversión en investigación y desarrollo de ciencia y tecnología. De acuerdo con la Unesco, los 15 países que más invierten en estas materias lo hacen en un nivel del 2 al 4 por ciento de su producto interno bruto. Cerca del 70 por ciento de esa inversión la realiza el sector privado, con lo cual genera valor, innovación y crecimiento económico. Que uno de los grupos empresariales más grandes de Colombia haga una apuesta en este sentido, marca una señal que es un ejemplo a seguir.
Nuestro país es uno de los más ricos del mundo en biodiversidad y en ella reside un potencial inmenso para crear renglones de crecimiento sostenibles, que estamos en mora de estudiar, investigar y desarrollar. Seguro hay otras áreas de investigación que se deban desplegar en diferentes disciplinas. Lo fundamental es que Colombia necesita avanzar en el fortalecimiento del ecosistema nacional que consolide una estrategia de investigación y desarrollo de ciencia y tecnología, con la participación relevante del sector privado. La normatividad requiere modernizarse, adaptarse a los mayores estándares internacionales, así como los incentivos, para que esto sea así.
El segundo mensaje; la inversión en capital humano capacitado y con experiencia en estas materias de investigación. La repatriación de profesionales está inmersa en la estrategia planteada por SURA para este empeño empresarial. De hecho, el presidente de Vaxthera es un científico colombiano con decenas de años de experiencia en el desarrollo de vacunas y otros biotecnológicos en los Estados Unidos, quien ahora junto con otros colegas retornarán al país para aplicar acá su conocimiento y experiencia.
Colombia ha capacitado cientos de profesionales en biología molecular, virología, inmunología y otras disciplinas. Muchos se han quedado fuera del país por la carencia de oportunidades. Otros han regresado o han permanecido y con mucho esfuerzo y empeño trabajan en centros académicos y de investigación en varias de nuestras ciudades. Requieren de mayor inversión del Estado y del sector privado y este ejemplo que entrega SURA al sector empresarial colombiano, abre la posibilidad para que se unan recursos a las experiencias y conocimientos que ha desarrollado Colombia y se potencialicen. El Instituto Nacional de Salud-INS y el Instituto Nacional de Cancerología, por ejemplo, son dos centros que deben ser fortalecidos en sus capacidades de investigación y desarrollo; hay más.
El tercer punto, tiene que ver con nuestra seguridad sanitaria nacional. En la decisión de SURA se atiende este tema central y estratégico que debe ser fortalecido como nos lo demostró la pandemia. Colombia requiere avanzar en su independencia sanitaria, sin nacionalismos absurdos, pero sí con el carácter y los estándares que le permitan relacionarse de forma distinta en el escenario de la salud global. No puede haber soberbia en este aspecto, pero tampoco condescendencia o mediocridad.
Es de confiar que el Estado, el sector privado y la sociedad civil colombiana, sabremos comprender el alcance y el potencial que se encuentran detrás de la determinación adoptada por este grupo empresarial, y así estableceremos las condiciones para que la investigación y el desarrollo de ciencia y tecnología sean una realidad que se expanda en nuestro país y genere más crecimiento social y económico.