La resiliencia y el capital cívico
Augusto Galán Sarmiento MD. MPA
Director Centro de Pensamiento Así Vamos en Salud
Resiliencia es la palabra que se ha tornado relevante durante los últimos años, la cual define la capacidad que tenemos los seres humanos para absorber, adaptar y superar las adversidades que nos presenta la vida en múltiples momentos. Las sociedades también pueden contar con ella. En Colombia hemos tenido comunidades que han demostrado resiliencia ante los embates de la violencia y la desprotección estatal. De manera más extensa y colectiva, este riesgo de la pandemia nos ha enseñado la necesidad que tenemos las naciones para adaptarnos ante la incertidumbre derivada de los peligros de la naturaleza, los conflictos, las epidemias, el cambio climático o las recesiones económicas.
Estudiosos del tema plantean que el capital social es un elemento central para lograr desarrollar esas capacidades resilientes en las sociedades. Las comunidades que cuentan con confianza, compromiso cívico y fuertes redes de apoyo, tienen mayores condiciones para superar las crisis. Esos mismos investigadores[1] señalan que el capital cívico que pueda establecer una sociedad permite compartir mejor información, con mayor credibilidad y establecer lazos de cooperación que los beneficie a todos. Ejemplos mundiales lo demuestran luego de desastres mayores como en el caso de terremotos, huracanes o tsunamis.
Desde 1997 se han realizado cuatro mediciones sobre diferentes aspectos de capital social en Colombia. Los resultados han sido inquietantes por distintos aspectos que no se pueden desarrollar en la extensión de este artículo.
Sin embargo es importante referirnos a uno de ellos en particular. En el último informe presentado en abril del presente año, se relaciona por primera vez el Kcívico o Capital Cívico el cual recibe impactos directos de la Articulación Vertical (Jerarquía) y de la Participación Cívica. Además, estos dos últimos tienen influencia en el denominado Fenoval que no es otra cosa que la “fe en fuentes no validadas de información”; en lenguaje más corriente, la credulidad en las “fakes news”. La Articulación Vertical (Jerarquía) incrementa esa credibilidad en fuentes no validadas, mientras que la Participación Cívica la disminuye. El estudio muestra que hubo una caída muy importante del Kcívico en Colombia entre 1997 y el 2011, la que luego mantuvo el descenso hasta 2017, pero a un ritmo mucho menos acentuado.
De otra parte, como se puede imaginar, quienes utilizan redes sociales tienen una tendencia predominante a mantener un bajo Kcívico y lo contrario para quienes hacen parte de grupos cívicos u organizaciones sociales, quienes preservan una mayor tendencia a validar fuentes de información y a recibir estas de orígenes creíbles y basados en la evidencia.
Con los resultados sobre Kcívico contenidos en este cuarto estudio de capital social, denominado La brecha entre la Sociedad, la Política y el Estado, no nos deben extrañar muchos de los comportamientos y reacciones que hemos visto en nuestra sociedad durante estos diecisiete meses de pandemia. Varias de las medidas que se tomaron para mitigar la pandemia y otras más que no se implementaron, se hubieran ejecutado con mayor efectividad y suficiencia si el capital cívico fuera más sólido en nuestro país. Corea del Sur es un buen ejemplo de lo que es una sociedad con este valor cívico bastante bien consolidado.
La gobernanza de nuestras instituciones requiere de mayor participación social y para ello, entre otras cosas, se necesita una recuperación de la membresía en organizaciones de la sociedad civil. De hecho el estudio nos muestra que “el índice de secularización, tan importante para generar valores racionales legales (WVS) pasó de 57% a 20% en 20 años y en la comparación internacional en el contexto de la medición de la EMV, Colombia es el país del mundo con el menor índice de secularización y con una gran distancia del resto de países”
Si volvemos a la reflexión inicial de este artículo y queremos contar con mayor resiliencia para absorber, adaptar y superar las adversidades que nos presenta la vida y la naturaleza en múltiples momentos, como sociedad requerimos invertir en acrecentar el capital cívico que tenemos. Una tarea que de acuerdo con la evolución que ha presentado el capital social en Colombia estamos en mora de establecer.
[1] Aldrich et cols. Fixing recovery: social capital in post-crisis Resilience. J Homeland Security doi:10.7208/chicago/9780226012896.001.0001