Insanidad pública

Abril 7 de 2022

Director Centro de Pensamiento Así Vamos en Salud

Vivir en una gran urbe es cada vez más complejo en medio de las posibilidades de crecimiento personal y profesional que ofrece. Entre los desafíos de habitar en ella, la seguridad ciudadana y la movilidad son dos factores que afectan la vida de los individuos y sus familias; e impactan de múltiples formas.

La salud es una de ellas; los datos epidemiológicos muestran cifras preocupantes por violencia física y sugieren que la contaminación del aire y el ruido del tráfico se encuentran asociados con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, metabólicas y mentales[1],[2],[3].

El caso de Bogotá se ha tornado crítico. Crece alrededor de 150 a 200 mil habitantes al año (el 1,7% anual desde hace 25 años, según el DANE); algo así como la población de Tunja cada doce meses. Múltiples bienes públicos deben estar dispuestos para vivir con salud y bienestar. Durante años careció de una planeación y orden adecuados y sostenibles. Muchos barrios surgieron sin que previamente se hubieran establecido los equipamientos de bienes de salud pública que los soportaran: seguridad, colegios, servicios domiciliarios, parques, zonas verdes, vías, transporte y hospitales. El hacinamiento, el desorden, la inseguridad, la falta de higiene y la contaminación evidencian precariedad en los determinantes sociales de la salud.

Decisiones erradas de algunos gobernantes han retrasado o pospuesto proyectos de bienes públicos vitales, los cuales al no desarrollarse de forma adelantada, o al menos acompasada con el crecimiento poblacional, nos han conducido al cuello de botella de polución, contaminación visual y auditiva, proliferación vehicular, trancones e inseguridad en el que subsistimos, que puede generar estrés o alteración del ciclo circadiano en los individuos[4] y termina por contribuir a que aumenten las enfermedades crónicas que mencionamos antes.

El horizonte de la solución necesitará décadas y requerirá de planes y programas que desarrollen el transporte público y más infraestructura de bienes públicos que carecemos, además de establecer un cambio en la cultura ciudadana para convivir en una metrópoli semejante. Nuestras ciudades y poblaciones no tienen una visión suficiente de salud pública en su desarrollo. El Distrito Capital es un referente y le corresponde adoptarla y dar ejemplo.

En esa dirección, las 20 localidades actuales y las que surjan, necesitan convertirse en ciudades autosuficientes y saludables dentro del Distrito Capital, y los ciudadanos podemos contribuir en ello. Algunos pasos en esa dirección:

Hay que establecer un tejido social incluyente en nuestras familias y comunidades que nos permita incrementar la seguridad ciudadana con acompañamiento de las autoridades; la confianza se encuentra en la base de ese propósito, con el debido respeto a los demás y a sus conceptos e ideas, en la medida que estos no lesionen el interés colectivo.

Requerimos habitar en la localidad donde trabajamos y no a tres o más localidades de distancia que obliga a recorridos de 2 o 3 horas en transporte público o privado. Si usted es una persona con hijos en edad escolar, debería priorizar su vivienda en la localidad donde se halla el colegio de ellos para que tampoco tengan esos recorridos eternos.

En la medida de lo posible, busque que su trabajo sea virtual o híbrido y en caso contrario, por razones que obliguen la presencialidad, insista en que su empresa establezca horarios flexibles para sus trabajadores. Ojalá la movilidad la pueda hacer en transporte público o en bicicleta, con lo cual adiciona ejercicio a su cotidianidad.

Fíjese que su seguro de salud tenga una red de atención esencial y primaria a corta distancia de su lugar de vivienda y/o de trabajo, al igual que esté pendiente de encontrar parques y espacios de recreación y esparcimiento cerca.

 

[1] Lelieveld J, Klingmuller K, Pozzer A, Poschl U, Fnais M, Daiber A, Munzel T. Cardiovascular disease burden from ambient air pollution in Europe reassessed using novel hazard ratio functions. Eur Heart J, 2019

[2] Munzel T, Gori T, Al-Kindi S, Deanfield J, Lelieveld J, Daiber A, Rajagopalan S. Effects of gaseous and solid constituents of air pollution on endothelial function. Eur Heart J 39: 3543-3550, 2018.

[3] Kempen EV, Casas M, Pershagen G, Foraster M. WHO Environmental Noise Guidelines for the European Region: A Systematic Review on Environmental Noise and Cardiovascular and Metabolic Effects: A Summary. Int J Environ Res Public Health 15, 2018.

[4] Daiber A, Frenis K, Kuntic M, Li H , Wolf E, Kilgallen A.B , Lecour S , Van Laake L.W, Schulz R , Hahad O, Münzel T. Redox regulatory changes of circadian rhythm by the environmental risk factors traffic noise and air pollution. This paper has been peer-reviewed and accepted for publication, but has yet to undergo copyediting and proof correction.