Editorial: La Tesorería de la Salud

Junio 16 de 2023

Director Centro de Pensamiento Así Vamos en Salud

El pasado 9 de junio, el actual director de la Administradora de Recursos de la Salud-ADRES, en entrevista a un periódico de circulación nacional, expresó una frase alejada del espíritu democrático que debe prevalecer: “No me interesa discutir apreciaciones de la reforma con quienes no la quieren”.

A pesar de esas palabras, la entrevista es interesante, porque el director exalta la capacidad que tiene esa entidad, nacida en el 2017, para cumplir con su misión. Debe administrar los recursos del sistema de salud que, de acuerdo con el artículo 66 de la Ley 1753 de 2015 y el decreto 2265 de 2017 que lo desarrolla, provienen de:

  • Las cotizaciones y aportes a la Seguridad Social en Salud
  • Los recaudos de las Cajas de Compensación Familiar que no administran recursos del régimen subsidiado
  • El IVA con destino al aseguramiento en salud y la compensación de regalías
  • El impuesto sobre la renta y componente del impuesto nacional de monotributo
  • El 50 por ciento de la tarifa anual del SOAT y el porcentaje de transferencias del FONSAT
  • El impuesto social a las armas, y a las municiones y explosivos
  • los aportes de la Nación y los recursos del Sistema General de Participaciones que financian el FONSAET
  • Los recursos de la gestión de la UGPP
  • Los copagos por concepto de prestaciones no incluidas en el plan de beneficios del régimen contributivo
  • Las multas antitabaco y los recaudos por concepto de obligaciones giradas a favor del SGSSS
  • Las amortizaciones de capital derivadas de operaciones para el fortalecimiento financiero de las entidades del sector y los intereses derivados de estas operaciones
  • La recuperación de deudas sobre operaciones realizadas en el marco del artículo 41 del Decreto - Ley 4107 de 2011
  • La restitución de los recursos asignados para el saneamiento de las deudas del régimen subsidiado
  • Los rendimientos financieros y sus intereses

Además, la ADRES administra los recursos destinados al aseguramiento en salud de propiedad de las entidades territoriales. Allí se encuentran las rentas de licores, cigarrillos, tabaco, loterías y demás juegos de suerte y azar. Igualmente, realiza el proceso de compensación para el régimen contributivo, el giro directo en los regímenes contributivo y subsidiado, así como manejos de los regímenes de excepción y especiales de salud.

El entrevistado -reconocido por su crítica acérrima al actual Sistema de Salud y por ser uno de los artífices ideológicos del proyecto de reforma que está en el Congreso- indica que la ADRES “tiene la capacidad de procesar mensualmente, para giro directo del régimen subsidiado 1,7 millones de facturas para el pago a 2.800 IPS y proveedores y, para el contributivo, que utiliza en menor medida este mecanismo, 204 mil facturas para el pago a 856 IPS y proveedores”.

Bien lo dice quien la dirige hoy; la entidad es muy buena en la gestión de los tiempos y los procesos que le demandan sus responsabilidades presentes. Procesa un gran número de transacciones y responde con oportunidad. La ADRES es una gran empresa que atiende bien lo que le corresponde.

La preocupación se encuentra en la transformación que quieren hacer de la entidad. Si le asignan nuevas y complejas funciones como la contratación con las entidades prestadoras de servicios de salud y el seguimiento a esas contrataciones, junto a las auditorías aleatorias a los servicios de salud que hoy no hace y que han señalado en las últimas versiones del proyecto que hará con la misma capacidad de recursos administrativos y de personal, esos tiempos y procesos necesariamente van a desmejorar.

La competencia auditora habría que volverla a montar. Pagar la UPC parametrizada es fácil, pero el 70 por ciento del gasto en salud no es gasto en puerta de entrada.

Si le vinculan funcionarios adicionales, además del riesgo político que puede generar, tardarán mucho tiempo en desarrollar procesos que respondan a las nuevas responsabilidades, lo que además dependerá de las capacidades y competencias de ese personal incorporado. ¿Seguirá la ADRES siendo la gran empresa que el director reconoce hoy?

Porque, además, las nuevas responsabilidades no serían sus únicas dificultades. Hoy la ADRES gira directamente poco más del 30 por ciento de los pagos que debe hacer el Sistema a los prestadores y maneja cerca de 2 millones de facturas mensuales. ¿Tendrá los mismos resultados realizando el 100 por ciento del giro directo y administrando más de 7,5 millones de facturas mensuales? Inmensos riesgos y muchas dudas.

Muy bueno que el director de la ADRES reconozca la gran entidad que tiene en sus manos, pero, que no vayan a acabar con la Tesorería del Sistema de Salud por pretender volverla un gigantesco Seguro Social estatizado. ¿Ah! Y ojalá haya apertura al diálogo; esto no se trata de querer o no querer.