2021, año de drama y esperanza
Augusto Galán Sarmiento MD. MPA
Director Centro de Pensamiento Así Vamos en Salud
Hace doce meses Colombia sufría el segundo embate de la pandemia. Llegó a tener en una semana 121 mil casos y 2 mil setecientos fallecidos por Covid. Así recibimos el año 2021 y perdimos amigos, compañeros y seres cercanos. Pensamos que iba a ser el segundo y el peor, pero no éramos capaces de vislumbrar lo que vendría.
Para entonces, las vacunas habían sido aprobadas en Estados Unidos y Europa, pero su llegada a Colombia se veía lejos mientras se empezaban a inmunizar personas en los países del norte y en algunos de América Latina. Las dudas sobre su eficacia y seguridad se controvertían públicamente, aún con el desconocimiento de la evidencia científica. Las presiones al Gobierno eran fuertes y los cuestionamientos no tomaban en cuenta las dificultades para conseguir las vacunas en un mercado restringido y acaparado por los financiadores.
La tercera semana de enero el Gobierno presentó los primeros compromisos adquiridos para la compra de vacunas; 59 millones de dosis, distribuidas en 39 millones por acuerdos bilaterales y las demás por el convenio multilateral de Covax. La fecha de inicio del Plan Nacional de Vacunación se definió para el 17 de febrero; algunos políticos atizaron la angustia de la población y lo pusieron en duda.
Las vacunas empezaron a llegar en la tercera semana de febrero, como se había dicho. Ocurrió a cuentagotas, tan solo 292 mil antes de finalizar ese mes; realmente pocas para las expectativas. En marzo la vacunación mejoró cuando arribaron un poco más de 3 millones de dosis.
Pero a principios de abril se nos vino el tercer pico de la pandemia. La movilidad de la Semana Santa con una reapertura parcial del país, junto a la laxitud en las medidas de bioseguridad personal y a una debilidad en los sistemas de detección temprana, rastreo y aislamiento de casos en muchos municipios del país, reactivaron los contagios por la infección.
Inició mayo y pensamos que se había estancado la epidemia y empezábamos a superar ese pico, pero el paro nacional y las movilizaciones sociales dispararon los contactos en el país y los contagios que trajeron nos llevaron a enfrentar el peor pico que llegó a su máxima expresión entre los meses de junio y julio con semanas que alcanzaron 213 mil casos y 4 mil setecientos fallecidos. Perdimos más amigos, familiares y relacionados.
En medio de servicios de salud desbordados, fatiga pandémica, manifestaciones airadas y muertes violentas, el gobierno nacional anunció la apertura mayor de la economía para principios del mes de junio; una medida esperada por muchos pero compleja en esos momentos. Las proyecciones que hacían especialistas de la Universidad de Washington señalaban que de seguir esa tendencia tendríamos en el país 160 mil fallecidos para los primeros días de octubre.
A 31 de junio habían llegado al país 24,2 millones de dosis de vacunas. Sinovac, que no estaba en la foto de enero, había salvado la plana y aportaba 11,5 millones de esas dosis, seguida por Pfizer con 9,8 millones y el resto de Astrazeneca y Janssen. El mecanismo Covax no cumplía y Moderna no enviaba ninguna dosis.
En agosto, con 35 millones de dosis traídas, se inició la vacunación para toda la población en las cinco etapas propuestas por el Plan, pero las coberturas distaban mucho de las metas que lograran la inmunidad colectiva.
A partir de ese mes la ecuación empezó a cambiar. La pandemia entró en otra fase y los casos y fallecimientos cayeron. Los contagios, la vacunación parcial y el ciclo del virus explicaban lo sucedido.
El pronóstico de la Universidad de Washington no se cumplió. Hoy tenemos 129 mil decesos por Covid en toda la pandemia, pero desde el 1º de septiembre ha habido 9 mil muertes en el país; el promedio de casos semanales es de 12 mil y de fallecidos de 300. Doloroso y triste, pero es una mejoría sustancial pues estas cifras se alcanzaban en menos de dos días durante el tercer pico.
El Ministerio de Salud ha traído a la fecha 75,7 millones de dosis de vacunas. Ha mantenido disponibles en las últimas semanas un promedio de 12 millones. Para el 31 de diciembre habremos superado el 80 por ciento de cobertura de primera dosis y el 55 por ciento de esquemas completos; las terceras dosis avanzarán. Vacunarse ha demostrado sus beneficios junto a las medidas de autocuidado; la población debe comprometerse masivamente con ambos para que la variante Ómicron no nos sea agresiva. El año próximo alcanzaremos una nueva normalidad; ojalá sea equitativa.