A caballo regalado, toca mirarle el diente

Junio 24 de 2021

 

Augusto Galán Sarmiento MD.MPA

Director del Centro de Pensamiento Así Vamos en Salud. Exministro de Salud

Tres millones novecientos mil muertes por Covid-19 a nivel mundial en estos diez y ocho meses de pandemia. América Latina con el 7,9 por ciento de la población mundial presenta el 32 por ciento de los fallecimientos; dentro de ella, en los diez países suramericanos se encuentra el 78 por ciento de esos decesos.

Un resultado malo, doloroso y trágico que se pudo haber evitado y se explica por una mezcla de diferentes razones. Entre ellas, deficientes decisiones e información contradictoria de los gobernantes; estrategia de comunicación que no ha sido pedagógica para cambiar creencias y comportamientos; informalidad laboral excesiva que obliga a la población a movilizarse para ganar su día a día; mecanismos débiles de protección social en los países; fatiga pandémica e incredulidad que han conducido a indisciplina ciudadana; limitados sistemas de atención primaria en salud que no han sido eficientes para detectar, testear, aislar y tratar a tiempo a los pacientes y sus contactos.

Con la vacunación masiva se confía en controlar la pandemia y evitar que el impacto sea aún mayor. En nuestros países avanza, pero todavía estamos bastante lejos aún de la pretendida inmunidad de rebaño.

GAVI es la alianza establecida en el año 2000 por iniciativa pública y privada a nivel mundial, con el propósito de salvar vidas y proteger la salud de la población, en especial de los niños, mediante el incremento equitativo y sostenible del uso de las vacunas. Codirige COVAX junto con la Coalición para las Innovaciones en la Preparación ante Epidemias (CEPI) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), un mecanismo global de riesgo compartido para la adquisición conjunta y la distribución equitativa de las vacunas COVID-19. Se hallan asociados con UNICEF para la ejecución del plan.

La meta de COVAX es la de cubrir el 20 por ciento de la población mundial. Esto es 1.500 millones de personas, lo que significa 3.000 millones de dosis para entregar a los países aliados en el mecanismo. A la fecha han llevado algo más de 88 millones a 132 países. Muy lejos de la meta propuesta.

Un estudio del grupo de investigadores de Columbia University Mailman School of Public Health, publicado en Nature Medicine recientemente señala que, como están las cosas, los países más pobres del mundo no iniciarán la vacunación contra el Covid-19 antes de enero de 2023. Ya habíamos hablado en otro artículo sobre la insolidaridad y la inequidad que se han hecho evidentes en estos asuntos a nivel mundial y ante las cuales Estados Unidos planteó a los países más industrializados la donación de biológicos para cumplir la meta y se comprometió a cooperar con 500 millones de dosis para ese propósito.

En el marco de la reunión de los países del G7 la semana pasada en Inglaterra, los dirigentes de esos Estados acompañaron el planteamiento. Como resultado, COVAX dio la bienvenida a este compromiso de compartir dosis, pero ahora se habla de 870 millones de dosis adicionales para apoyar el acceso equitativo a las vacunas en 2021 y 2022, con el objetivo de entregar al menos la mitad para fines de 2021. La suspensión provisional de patentes, otra propuesta válida hecha por el presidente Biden, estuvo ausente de la declaración y cayó en el silencio probablemente definitivo de los países industrializados para ampliar la capacidad de producción y manufactura de las vacunas.

En un pertinente artículo publicado en The Lancet, investigadores del Instituto de Métricas y Evaluación en Salud de la Universidad de Washington señalaron que el 17 de mayo de 2021, Biden prometió que no utilizaría las dosis donadas "para asegurar favores de otros países", sino más bien para garantizar que esos suministros se "entreguen de una manera equitativa y siga la ciencia y los datos de salud pública".

No podemos estar más de acuerdo con esas afirmaciones y señalar, como los investigadores, que los países donantes de COVAX deberían asumir el mismo criterio.

Si eso es así, los autores indican que teniendo en cuenta los datos disponibles sobre vacunas seguras y posibles variantes del SARS-CoV-2, las regiones más necesitadas de ayuda se encuentran en América Latina, Europa central y oriental, Asia central y Sudáfrica. Dentro de América Latina, los países que se estima tendrán altas tasas de mortalidad por COVID-19 en los próximos 3 meses incluyen a Bolivia, Colombia, Perú y Uruguay, que han recibido pocas o ninguna donación de vacunas hasta la fecha.

¿Será que los donantes y COVAX priorizarán la entrega equitativa, la ciencia y la salud pública?