Editorial: Alianza contra el VPH
Augusto Galán Sarmiento MD. MPA
Director Centro de Pensamiento Así Vamos en Salud
El miércoles de esta semana que termina tuvimos la oportunidad de asistir al lanzamiento de la Alianza Nacional contra el virus del Papiloma Humano (VPH), causante de diversos tipos de cáncer en mujeres y hombres, aunque se le reconoce mucho más por la génesis del cáncer de cuello uterino. Fuimos invitados a esta Alianza por la Liga Colombiana de Lucha contra el Cáncer que ha asumido el liderazgo sobre el asunto en el país.
El cáncer de cuello uterino no debe conducir a la muerte. Primero, porque es prevenible mediante la utilización de la vacuna contra el VPH; pero también porque es fácil detectarlo a tiempo, de manera precoz y de esta forma tratarlo para curarlo. El cáncer de cuello uterino debería ser un inadmisible, un intolerable, en nuestra sociedad.
Un verdadero oasis resultó el evento. Lo fue, fundamentalmente porque es grato retornar a foros en donde se analicen y se discutan los temas esenciales del nuestro trabajo en la salud, en lugar de asistir a eventos que se enfocan más en confrontar intereses políticos, económicos o de otro orden, que muchas veces están alejados de los elementos esenciales que buscan el bienestar y la salud de los usuarios y pacientes.
De otra parte, el evento nos evidenció a los asistentes la importancia de trabajar con objetivos y propósitos comunes. Esos intereses que mencionamos en el párrafo anterior, además de desviar y dispersar muchas veces las metas y el foco hacia los cuales debemos orientar nuestro trabajo por la salud, también hacen que se privilegie la individualidad y los apetitos personales contra los esfuerzos colectivos, que deben ser los que primen en un sistema de salud comprometido en realidad con el bienestar de la comunidad.
Otro punto muy interesante de la presentación que se hizo antes de formalizar la Alianza tuvo que ver con el incremento sustancial de la vacunación de niñas contra el VPH que se alcanzó antes de la pandemia en el departamento de Arauca, con cifras superiores al 84 por ciento de cobertura (luego de llegar a estar por debajo de 10), producto de la focalización y la acción decidida de la Liga Colombiana de Lucha contra el Cáncer en dicho departamento. Este trabajo se realizó de manera esencial mediante la comunicación y la enseñanza, casi la evangelización, con el propósito de desmontar los mitos que persistían, luego de la desinformación y la histeria inducidas en Carmen de Bolívar hace 12 años contra la mencionada vacuna.
Este trabajo corrobora que la prevención de la enfermedad y la promoción de la salud requieren de mucha paciencia y evidencia, para poder modificar las creencias de las comunidades cuando queremos transformar sus hábitos de vida para bien. No se trata de establecer campañas de publicidad que busquen “recetar” unos cambios de comportamiento. Tampoco de darle órdenes a las personas para que modifiquen su conducta. Se trata de educarlas y asesorarlas para que transformen su proceder hacia una cultura del cuidado de su salud a lo largo de la vida. El trabajo en esta dirección no es fácil y requiere del concurso de la familia, de las escuelas y colegios, pero también de las comunidades y de las autoridades, para que entre todos desarrollemos poblaciones más saludables y con mayor bienestar.
En la coyuntura actual del país, nos debatimos entre la posibilidad de una reforma legal al sistema de salud y el hundimiento de esta en el Senado de la República. Más allá de lo que ocurra, la mayoría de quienes trabajamos en el sector (por no decir que la totalidad) continuaremos en él porque esa es nuestra vocación y porque es para lo cual nos hemos formado y capacitado. Así las cosas, esta Alianza contra el VPH en la hora presente, además de abrazarnos en torno a ella como nos proponen sus promotores, tiene también un sentido de llamado a todos los trabajadores de la salud para que no olvidemos de qué se trata nuestra labor ni cómo podemos hacerla de manera más efectiva.