El que se cansa, pierde

Enero 14 de 2021

Augusto Galán Sarmiento MD.MPA

Director del Centro de Pensamiento Así vamos en Salud

El último mensaje de 2020 de esta columna fue de esperanza para que en 2021 superemos la pandemia y para que las enseñanzas que nos dio el primer año se conviertan en acciones de nuestro diario vivir a partir del segundo; en especial la de solidaridad que se vivió en el mundo al principio de la epidemia para que nos ayude a lograr una sociedad más equitativa, pues a pesar de la situación actual por la que atraviesa la pandemia en Colombia, no hay duda de que la superaremos.

Es claro que en los últimos meses se relajaron tanto los controles como los que se debían controlar. Las autoridades regionales y locales a las que les correspondía no tomaron a tiempo las medidas suficientes para diciembre. Las autoridades sanitarias nacionales advirtieron en varias ocasiones desde octubre que era necesario mantener las recomendaciones de bioseguridad y eventualmente reforzarlas para la época de fin de año.

Pero pasó el día de las velitas sin mayores vigilancias. Llegaron las novenas también sin previsión. Muchos consideraron que como se reunían con familiares “que se cuidaban” nada iba a pasar. Algunos pensaron que con el resultado negativo de una prueba PCR días antes de la fiesta se les titulaba inmunes al virus. De otra parte, se privilegió el comercio y la economía para la temporada y se constataron grandes congregaciones de personas en diferentes escenarios comerciales en diversas ciudades del país. Las fechas de las finales del campeonato nacional de fútbol tampoco ayudaron por el desorden y las manifestaciones de los fanáticos. Además, varios alcaldes y mandatarios regionales se fueron de vacaciones, lo que también envió una señal confusa a la población.

Claro que estamos cansados después de diez meses de incertidumbre, de ensayos y errores, de aciertos y confusiones, de dudas, miedos y esperanza. Pero esta pandemia es una maratón y en esas competencias el que se cansa, pierde. Hoy vislumbramos las consecuencias del cansancio. Los hospitales, clínicas y UCI´s atiborrados en varias ciudades y se avizora en el horizonte que algunas de esas regiones, inclusive la capital del país, tienen el riesgo real de enfrentar un colapso de su sistema sanitario en las próximas semanas. Ojalá no ocurra.

Esta realidad, unida a las decisiones de establecer cuarentenas parciales o totales y toques de queda, evidencia que, aunque las medidas de salud pública se plantearon adecuadamente, su implementación se hizo insuficiente y para que esta fuera exitosa se necesitaba sin lugar a duda un gran compromiso de las personas. 

La cultura ciudadana no se crea dando órdenes o entregando recetas en campañas publicitarias. Los ciudadanos se comprometen cuando se les transmite información coherente mediante una comunicación que forme y cree pensamiento. En medio de la incertidumbre que se vive, debemos reconocer que no hemos sido exitosos en entregar la comunicación adecuada para reducir la perplejidad y la inseguridad que enfrenta la población. Ha existido mucha gestión, pero poco liderazgo; entendido este último como la capacidad de crear una visión hacia la cual nos dirijamos y entre todos controlemos la pandemia y retomemos la vida con el mayor bienestar posible.

¿Qué opciones tenemos? La de recriminaciones no conduce a ningún puerto seguro; como tampoco la politización partidista de la salud pública.

La maratón de la pandemia no ha terminado y por eso debemos tomar un segundo aire, recuperar el ritmo, superar esta subida en el trayecto y avanzar en el recorrido que tenemos hacia adelante. Hay recursos y experiencia para hacerlo.  En concreto, reforzar el compromiso con la salud pública. Pruebas, reporte, aislamiento y seguimiento. Detecto, aíslo y reporto. En los niveles más locales. Para lograrlo hay que llegar a la comunidad, oírla en sus inquietudes y reducirle sus incertidumbres.

Vendrá la vacuna y con ella una renovada ocasión para comunicar mejor. Para que las personas estén al tanto del alcance que la vacunación tendrá en una pandemia como la que padecemos. Para que conozcan cuáles son las opciones que tenemos con las vacunas y cuáles las que tenemos sin ellas. Para que tomen sus decisiones de manera informada. Para que quienes dudan se convenzan de modificar su posición con base a realidades y no a suposiciones.

No dejemos que el cansancio nos abrume; de lo contrario perdemos.