El voto y la vacuna
Augusto Galán Sarmiento MD. MPA
Director del Centro de Pensamiento Así Vamos en Salud. Exministro de Salud
Aplicar sesenta y seis millones de vacunas en menos de un año es un desafío grande, al que se agrega la responsabilidad de administrar también los treinta millones de dosis de otras vacunas que todos los años se suministran en el país. Ante el reto que representa la vacunación contra el SARS Cov-19, las estrategias de distribución y aplicación de biológicos requieren ser flexibles, aunque deben mantener unos procesos claros y blindados en seguridad y transparencia.
Por lo pronto, en las tres etapas de la Fase 1 que nos encontramos es posible tramitar el agendamiento conforme se ha realizado para las poblaciones priorizadas en cada una de ellas. Pero la vacunación más masiva vendrá en la Fase 2 con dos etapas y algo más de 20 millones de personas -cuarenta millones de dosis-. Entonces será insuficiente el tipo de agendamiento mediante llamadas de los “call centers” de las EPS y de las IPS o centros de inmunización, como se realiza hoy.
La ejecución de un Plan Nacional de Vacunación tan masivo como el que se ejecuta, se debería asemejar en su logística a la que requiere un día de elecciones en el país. La relación de la persona con el voto es directa; es un derecho que tiene y un deber por el bien de la democracia. Así mismo el plan de vacunación es un derecho de los ciudadanos y un deber de salud pública ante una pandemia como la que enfrentamos.
Si hacemos un paralelo con un día de elecciones, en este se dispone de miles de centros de votación y la población se encuentra previamente agendada para ejercer su derecho al voto. La persona tiene la libertad de escoger con anticipación el sitio donde desea votar y queda registrada luego de cumplir con los requisitos exigidos para tal efecto. En el plan de vacunación se debe contar también con miles de puestos y la persona debería poder seleccionar con libertad el que más le convenga entre ellos.
Llegado el día, se acerca al lugar de votación en el que se agendó el individuo, hace una fila de corta duración para ingresar y en el puesto correspondiente se le espera con su número de identificación para que cumpla con su deber ciudadano. Presenta su cédula y se llenan los documentos con los datos pertinentes que luego serán transmitidos a la autoridad competente. De la misma manera se podría proceder para la vacunación.
Al depositar el voto se le devuelve su cédula y se le entrega su certificación por haber votado que en el caso del Plan sería el comprobante de vacunación. El proceso puede durar unos quince minutos desde que ingresa al puesto de votación hasta que sale luego de haber votado y, según la elección, participan entre 15 a 20 millones de personas en un lapso de 8 horas. La información puede tenerse prácticamente en línea con reportes inmediatos. En la vacunación los tiempos requeridos pueden variar, así como el volumen de personas diarias.
Un proceso semejante al del día de elecciones para la vacunación masiva podría mejorar su eficiencia actual. Un requisito esencial es el de contar con suficientes vacunas disponibles en el momento oportuno; algo similar a tener la tinta indeleble roja que se utilizaba para certificar que la persona había votado. Lo otro esencial para agilizar la capacidad de vacunación es facilitar que las personas se agenden a sí mismas y que las EPS aseguren que su población afiliada lo está haciendo, sin perjuicio que se preserve una información fluida entre el asegurador y los puestos de vacunación sobre la población que ha recibido el biológico.
Las nuevas tecnologías digitales pueden suministrar las plataformas con estándares de seguridad y transparencia mediante las cuales se permitiría masificar aún más el proceso de vacunación. Sería un portal digital en el que se registraría y agendaría la persona y que estaría conectado con la mayor cantidad de puntos de vacunación (clínicas, hospitales, coliseos, colegios habilitados, farmacias, etc), los que a su vez mostrarían de manera transparente la capacidad de citas disponibles para vacunar cada día entre las cuales la persona escogería.
Ya en el país existen modelo pilotos que muestran que esto se podría hacer con todas las seguridades y las conexiones con la información oficial. Vale la pena que un portal digital semejante al descrito se extienda en los grandes centros urbanos del país donde se podría implementar. Paralelo a ello, en las zonas rurales se utilizaría el modelo de vacunación masiva centrado en poblaciones, semejante al aplicado en Amazonas y San Andrés.