Estamos advertidos
Augusto Galán Sarmiento MD. MPA
Director del Centro de Pensamiento Así Vamos en Salud. Exministro de Salud
El día de ayer se publicó la evaluación y las recomendaciones del panel internacional de expertos convocado por el director de la Organización Mundial de la Salud-OMS para revisar la evolución de la pandemia por Covid-19 y sus efectos a nivel mundial.
El documento empieza por señalar que el desastre prevenible de la epidemia aún permanece entre nosotros. Todavía hoy nos mantenemos con un impacto semejante al que teníamos hace un año. Miles de personas continúan falleciendo por la enfermedad, los hospitales se hallan desbordados, y los sistemas de salud responden con insuficiencia. Las condiciones socioeconómicas continúan su deterioro en muchas naciones y regiones. Las vacunas que se han desarrollado tienen una distribución mundial injusta e inequitativa, sumado a que los riesgos de nuevas variantes se mantienen presentes.
Señala que el mundo necesita un nuevo sistema internacional con el cual se evite que algo semejante vuelva a suceder. El documento también es muy crítico de la respuesta de los países, de la acción de los políticos y dirigentes nacionales, de la ausencia de un liderazgo mundial y resalta que encontró debilidades en cada punto de la cadena de preparación y de la respuesta ante un riesgo como el que hemos enfrentado.
Indica que la preparación fue inconsistente y desfinanciada, además de destacar que el sistema de alertas actuó con demasiada lentitud y mansedumbre. La OMS no tuvo el poder suficiente para actuar.
El panel hace un llamado a realizar una acción más inmediata y a no centrarnos exclusivamente en el Covid-19; aprender aceleradamente de esta experiencia y prepararnos con celeridad para evitar la próxima pandemia.
Los expertos reconocen que ha habido fortalezas y las destacan. Los trabajadores de la salud han sido incondicionales en sus esfuerzos por aliviar el dolor y el sufrimiento de sus congéneres. Se han presenciado respuestas nacionales exitosas basadas en lecciones de brotes epidémicos anteriores y han existido planes de respuesta que se podían adaptar en otras naciones y territorios. La riqueza de las naciones no fue un predictor de adecuadas respuestas y ha habido países de ingresos bajos y medios con acciones de salud pública que han mantenido la enfermedad con un bajo impacto. Las vacunas fueron desarrolladas a una velocidad increíble y la data y la colaboración científicas fueron determinantes para ello.
El panel pide una serie de acciones inmediatas para mitigar el desastre. A las naciones de ingresos altos les solicitan que junto a la implementación de la vacunación en sus territorios donen 3 mil millones de vacunas para los 92 países más pobres cubiertos por el mecanismo Covax; los primeros mil millones antes del 1° de septiembre de este año y los otros 2 mil millones antes de mediados de 2022. Les solicitan a la Organización Mundial del Comercio y a la OMS un acuerdo que permita el licenciamiento y la transferencia de tecnología para una mayor producción y manufactura de vacunas contra Covid-19 en un futuro inmediato. Le requieren a los países del G7 y del G20 que financien los 19 mil millones de dólares del ACT-A 2021, que se necesitan para vacunas, diagnósticos, tratamientos y fortalecimiento de sistemas de salud en diferentes regiones. Les indican a todas las naciones del mundo continuar con las medidas no farmacológicas para contener y mitigar la pandemia y le señalan a la OMS que desarrolle inmediatamente una hoja de ruta con objetivos, metas e hitos para guiar y monitorear la implementación de los esfuerzos que pongan fin a la pandemia.
En cuanto a las acciones a mediano y largo plazo, con base en la experiencia vivida y para evitar el desarrollo de futuras epidemias, los expertos recomiendan elevar la preparación y la respuesta ante riesgo de pandemia al más alto nivel de liderazgo político; fortalecer la independencia, la autoridad y la financiación de la OMS; invertir en la preparación ahora para prevenir la próxima crisis; establecer un nuevo sistema de alerta e información de vigilancia ágil y rápido; crear una plataforma negociada previamente para suministrar tecnología, herramientas y suministros para la salud; captar nueva financiación internacional para la preparación y respuesta ante futuros brotes y lograr que los coordinadores nacionales de epidemias y pandemias tengan una línea directa con el correspondiente Jefe de Estado o de Gobierno.
Las recomendaciones son necesarias y sensatas. Estamos advertidos si queremos hacer de esta la última pandemia. ¿Cómo avanzamos en la acción en nuestro país? ¿Qué dicen los ministerios de Salud, Relaciones Exteriores, Comercio? ¿La sociedad civil, la academia, los empresarios?