Intersectorialidad

Marzo 10 de 2022

Director Centro de Pensamiento Así Vamos en Salud

Sin salud nada tiene sentido; ya lo mencionamos en estas páginas hace meses al referirnos a una de las múltiples enseñanzas que nos ha dejado la pandemia. Todos los sectores sociales fueron afectados por este riesgo para la salud que hemos enfrentado durante los últimos dos años, desde que se confirmó el primer caso de Covid-19 en el país.

Pero esta gran epidemia mundial nos demostró también la importancia fundamental que tienen para la salud de un individuo: la educación, el trabajo y los ingresos dignos, la seguridad alimentaria, el acceso a los servicios públicos (en especial al agua potable y al saneamiento básico), y el aire puro, entre otros aspectos. Estos asuntos de protección social son esenciales para el bienestar de las personas. Ya ha sido señalado por académicos e investigadores que la salud de los individuos depende en un 90 por ciento de los hábitos de vida, los genes y del medio ambiente que nos rodea.

“La intervención coordinada y corresponsable de instituciones representativas de más de un sector social, en acciones destinadas total o parcialmente a tratar los problemas vinculados con la salud, el bienestar y la calidad de vida” es lo que se entiende por intersectorialidad en el sector de la salud.

A la intersectorialidad se le dio estructura legal mediante la ley 1438 de 2011, en el marco del desarrollo del primer Plan Decenal de Salud y de la estrategia de atención primaria, que definió la concurrencia de todas las instancias que hacen parte del Sistema de Protección Social y otros actores, para que ejecuten tareas que intervengan sobre los denominados determinantes en salud (educación, seguridad alimentaria, agua potable, etc), en forma coordinada y bajo las directrices, criterios y mecanismos del Consejo Nacional de Política Social (CONPES) y del Ministerio de la Protección Social. La norma creó la Comisión Intersectorial de Salud Pública con secretaría técnica del Ministerio, para el propósito de coordinar esa tarea.

Hace dos años la pandemia llegó al país y lo encontró sin la suficiente protección social para mitigar el impacto que este riesgo ha representado. Sin duda ha existido un esfuerzo muy grande desde el gobierno y los diferentes sectores de la sociedad para sobrellevar el impacto social y económico que trajo consigo el Covid-19; Colombia ha fortalecido su capacidad asistencial, garantizando la atención en salud de todos los ciudadanos y sigue su avance en el Plan Nacional de Vacunación.

Pero la evaluación no puede olvidar cómo se hallaba el país en marzo 2020: alta informalidad laboral; inexistencia de un seguro al desempleo; malnutrición; precariedad en la protección del medio ambiente; alteración de la salud mental; falta de preparación del sistema educativo ante el aislamiento y la cuarentena, entre otros aspectos. El sistema de salud, aunque respondió al desafío, hizo evidentes muchas debilidades que existían en diferentes asuntos de la salud pública, sobre los cuales se ha intervenido bastante a lo largo de estos 24 meses de coyuntura, aunque no se tiene clara la sostenibilidad de los inversiones y cambios que se han hecho.

Nos encontramos en la etapa final de la discusión sobre el nuevo Plan Decenal de Salud Pública, que deberá estar listo para mediados del año y la intersectorialidad se debe profundizar y fortalecer en su ejecución desde la visión asertiva de la atención primaria en salud. La Comisión Intersectorial requiere asumir un mayor liderazgo sobre la salud pública del país e incluir en forma más decidida la participación de la sociedad civil y de la comunidad para la definición de su agenda y sus lineamientos; su conformación es totalmente gubernamental y centrada en el nivel nacional, aunque existe una estructura definida en las regiones que en la práctica no funciona. Es preciso desarrollar una gobernanza multinivel que conduzca a la acertada integración de los diferentes agentes del sistema de salud en los territorios y, a la vez, coordine en forma adecuada los demás sectores de la protección social para que estos contribuyan con las tareas que les corresponden en el cuidado de la salud de la población.

La próxima pandemia o epidemia severa debe encontrar al país con una mayor preparación de la salud pública, que incluye los determinantes sociales; son múltiples los factores llamados a tener cuenta y que se requieren intervenir para lograr que ello sea así. El trabajo intersectorial efectivo traerá sin duda mayor bienestar y protección social para la población.