No amanece

Marzo 31 de 2022

Director Centro de Pensamiento Así Vamos en Salud

No hemos llegado a la meta de vacunar contra Covid-19 al 70 por ciento de la población colombiana con esquemas completos (dos dosis); estaremos muy cerca al final de este mes de marzo, pero dicho objetivo se ha pospuesto desde diciembre. El mayor reto sigue siendo el mismo: la decisión ciudadana de aplicarse la vacuna. Disponibilidad de dosis existe, y bastante; más de 11 millones en la actualidad.

El entorno actual hace más arduo superar las dudas y reticencias de las personas que no se aplican la vacuna; y no vamos a mencionar acá los mitos, las fábulas y las tergiversaciones que algunos han creado contra la vacunación.

Nos referimos a otras consideraciones luego de superado el cuarto pico. ¿Para qué me vacuno? se preguntan muchos que piensan que la pandemia desapareció porque los casos reportados han disminuido sustancialmente, hasta niveles previos al primer pico que tuvimos por allá en junio o julio de 2020; además, señalan que la mortalidad por Covid ha retrocedido aún más, lo cual también es cierto. Asimismo, se encuentra en el panorama la recuperación económica que busca la sociedad, lo que incrementa el hastío con respecto a la pandemia y sus recomendaciones de manejo. Lo anterior conduce a que las personas y las familias anhelen que se declare de una vez por todas la desaparición de la epidemia y superemos estos dos años de manera definitiva, por lo cual no desean escuchar nada sobre pruebas diagnósticas, tapabocas, restricciones, tratamientos o vacunas.

No dejan de tener cierto grado de razón; ha sido fatigante para todos. Además, ha causado mucho impacto emocional, que también ha sido diverso; al punto que la salud mental se ha convertido en una gran prioridad para los objetivos del sistema de salud en el futuro próximo y mediato.

Pero las personas también deben incorporar en su análisis que hemos llegado a ese punto de mortalidad y casos bajos por una serie de acciones que se han dado a lo largo de estos 24 meses, con las cuales se ha logrado mitigar mucho el impacto de la pandemia y evitar que este pudiera haber sido peor. Desde los confinamientos y las cuarentenas (que ojalá no tengamos que volver a utilizar nunca), pasando por las pruebas diagnósticas, el fortalecimiento de la capacidad hospitalaria instalada, la vigilancia epidemiológica y los soportes económicos para los más vulnerables, hasta la adquisición de vacunas y la implantación del plan de vacunación.  

Estos esfuerzos se han efectuado dentro del marco de unos retos geográficos y de orden público muy significativos que se unen al hecho de ser un país con un tamaño poblacional muy importante: Colombia tiene 2,6 veces la población de Chile, 10 veces la de Costa Rica y 15 la de Uruguay, con una economía media que nos hace semejantes.

Esa sumatoria de acciones en un país diverso, disperso y con restricciones económicas, requiere de mucha persistencia y colaboración entre todos para que los resultados se hagan sostenibles. La salud es un bien público y colectivo, que resulta de las capacidades personales y comunitarias que tengamos para gestionar los riesgos físicos, mentales y sociales que la vida nos presenta.

La pandemia no ha desaparecido aún y todavía no podemos decir que ha evolucionado para convertirse en endemia, aunque parece acercarse. No obstante, el riesgo de variantes peligrosas para las personas sigue vigente, si bien en muchos países del mundo parecería que se ha controlado. Sin embargo, la vacunación en África y Europa Oriental mantiene niveles muy bajos y se levantan alarmas sobre la persistencia del virus con la variante BA.2 (prima de la Omicrón), que reporta presencia en China y otros países asiáticos, así como en Europa y USA, donde aumenta casos y fallecidos. No demorará en llegar a América Latina.

La etapa que atravesamos en el mundo es un tanto confusa: presentimos cerca el amanecer, pero no despunta el día todavía.

Por eso y aunque sea molesto para algunas personas, desde el sector salud no podemos hacer otra cosa distinta que insistir en la necesidad de completar la vacunación contra Covid 19 y superar lo más que se pueda las metas de cobertura a la población. Insistir en segundas dosis para completar esquemas y en los refuerzos en especial para la población mayor de 50 años.

La clave de esta etapa se mantiene ahí. Entre los 11 millones de vacunas que actualmente se encuentran disponibles y los 12 millones que ya están negociadas para llegar en el futuro próximo, tenemos suficiente para cumplir.