¿Nuevos cierres?
Augusto Galán Sarmiento MD. MPA
Director Centro de Pensamiento Así Vamos en Salud
En días pasados un amigo me preguntó, “los nuevos cierres por incremento en las infecciones debidas al Covid-19 en Europa -Austria, Alemania, Bélgica, Países Bajos- se van a repetir por estos lados; ¿en Colombia? ¿cuándo?”
Aunque la gente no quiere oír hablar más del Covid por la fatiga que existe sobre el asunto, la realidad es que no tenemos opción, seguimos en pandemia y no es claro todavía cuándo va a finalizar ni la normalidad definitiva que nos va a dejar.
Al ministro de salud le preguntan en público y en privado sobre cuándo va a empezar el cuarto pico en Colombia; porque lo vienen anunciando desde septiembre y todavía no se manifiesta. Lo que tal vez no entienden bien quienes hacen esa pregunta, es que las proyecciones matemáticas que realizan los epidemiólogos no son pronósticos sino eso, proyecciones que sirven para planear e intervenir y probablemente estas acciones han ayudado a posponer la aparición de ese cuarto pico.
Porque el riesgo permanece ahí, presente y latente, con el espectro de la variante delta junto a las otras ya circulantes en el país; unidas a la movilidad ciudadana con la expectativa de volver a la antigua normalidad y a unas tasas de vacunación que no llegan todavía a los niveles que permitirán disminuir o suprimir la transmisibilidad del virus.
Los recientes ejemplos de Austria, Alemania, Bélgica y Países Bajos, precedidos por Israel e Inglaterra, son evidencias de que esos tres aspectos siguen siendo clave en el desarrollo de la pandemia y que son interdependientes.
Esos países tienen la variante delta circulando desde hace varios meses. Además, como la fase de efervescencia del pico anterior disminuyó en sus territorios, las personas pueden haber considerado que ya se había superado la pandemia. De hecho, en muchos países y muchas personas hablan en pasado cuando se refieren a la epidemia; hablan de ella como un suceso que ya hubiera desaparecido.
Además, el daño económico incrementaba el impacto del virus en la salud y el bienestar de las poblaciones y había que abrir la economía. Trabajo y estudio; sitios de esparcimiento, restaurantes y hoteles. Esas aperturas pudieron incrementar la impresión de haber superado la pandemia o por lo menos que el riesgo había disminuido sustancialmente. Lo cual también se alentó probablemente con la aparición de las vacunas y la ampliación de la cobertura de vacunación que en esos países fue acelerada.
Austria 66 por ciento de su población. Alemania del 68 por ciento. Bélgica del 75 por ciento. Los Países Bajos (Holanda) del 73 por ciento. Excelentes tasas de vacunación sin duda; y a pesar de ellas hoy esos países están confinando nuevamente a su población, la cual ha demostrado su disgusto de diferentes formas, tal vez sin reconocer su corresponsabilidad en el asunto.
Colombia tiene hoy una cobertura del 47 por ciento de personas con esquema completo. Bastante lejos de aquellos países, aunque tenemos disponibles a la fecha 14 millones de dosis de vacunas que no se han aplicado y desde el ministerio han hecho público el rezago que existe en primeras y segundas dosis de grupos poblacionales que hace cerca de seis meses tienen autorizada la aplicación, pero no han aparecido en los puestos de vacunación dispuestos.
La responsabilidad para detener la pandemia es de todos. De las autoridades, los agentes del sistema de salud y la comunidad en general. Los ejemplos que se ven en Europa en estos momentos lo vuelven a demostrar. La respuesta a mi amigo fue esa. El cuarto pico y la posibilidad que retornen los cierres es responsabilidad de todos y el riesgo del virus no ha desaparecido.
Nos acercamos a las festividades navideñas y tenemos la posibilidad que su celebración sea muy distinta a la del año pasado. No olvidemos que entonces tuvimos el segundo pico de la pandemia que causó demasiados estragos sociales y económicos, así como muertes. Entonces no teníamos vacunas y hubo errores en las órdenes impartidas por las autoridades, en especial las municipales; pero también interpretaciones erradas de los ciudadanos sobre las pruebas y la posibilidad de encontrarse con sus familiares y amigos durante las festividades.
Este año tenemos más herramientas y mayor conocimiento. El mantra de la bioseguridad personal sigue vigente: distanciamiento físico de 2 metros, uso de tapabocas y lavado de manos adecuado y efectivo; vacunación masiva y fortalecimiento del proceso de detección precoz y aislamiento. Con todo ello mitigaremos la posibilidad de nuevos cierres como los que suceden hoy en Europa