¿Sálvese el que pueda?
Augusto Galán Sarmiento MD. MPA
Director del Centro de Pensamiento Así Vamos en Salud
En el último semestre de 2020 nos hallábamos pendientes de la seguridad y eficacia de las vacunas en fase III de experimentación contra Covid-19. Entonces, varias casas farmacéuticas anunciaron millonarios acuerdos de producción a riesgo en diferentes países del mundo y con distintos socios. Dimos por garantía que, al aprobarse las vacunas, los miles de millones que se necesitaban estarían listos muy rápidamente. Se plantearon 800 millones para diciembre de 2020; en realidad, se alcanzaron entre 20 y 30 millones en esa fecha.
Para aliviar el suministro escaso de vacunas, se realizaron estudios con el propósito de modificar el intervalo entre las dosis -dos inyecciones- de menos de uno a tres meses; lo que podría tener ventajas con el fin de proteger al mayor número de personas de la población lo antes posible y al mismo tiempo mejorar la eficacia después de recibir una segunda dosis[1]
Las casas farmacéuticas que han desarrollado las vacunas más conocidas y eficaces contra la Covid-19 -Astrazeneca, Biotech/Pfizer, Gamaleya, Jonhson & Johnson, Moderna, Novavax y Sinovac- han estimado su producción para 2021 en 12.000 millones con lo cual se lograría vacunar el 70 por ciento de la población mundial. Se producen alrededor de 200 millones mensuales cuando debería ser 1.000 millones. Un reto monumental para el cual sus plantas de manufactura establecidas antes de la pandemia no poseen la capacidad y por ello han buscado acuerdos en diferentes países.
Varios de esos desarrolladores de vacunas COVID-19 tienen convenios de colaboración con fabricantes en países de economía media. AstraZeneca en India, Brasil, Argentina y Tailandia. Johnson & Johnson en Sudáfrica y Novavax en India. No están claros los términos de esas asociaciones, incluida la medida en que los fabricantes autorizados en dichos países pueden negociar su propio suministro[2].
Ante esto, el denominado “nacionalismo de la vacuna” preocupa a muchos. La decisión de los países productores de asegurar la vacunación total de sus compatriotas antes de permitir la exportación de los biológicos se señala como una muestra de inequidad y error estratégico ante la pandemia. La contraparte es la que estimula a las naciones a buscar alianzas para mecanismos propios de producción.
Muchos países no tendrán cómo hacerlo y estamos en presencia de un riesgo mundial e igual para todos, en el cual el multilateralismo necesario parece más un discurso que una realidad porque la OMS y las entidades afines se asemejan a espectadores en medio de estos problemas. Lo señalamos en un artículo anterior desde este espacio “Los esfuerzos de la Organización Mundial de la Salud -OMS- y de los organismos multilaterales regionales de cooperación, con 60 años de existencia, no responden de manera efectiva a las amenazas sanitarias de la actualidad. Emiten recomendaciones, proponen compromisos de cooperación; pero las propias naciones nos les permiten llegar más allá”
Hoy, casi tres meses después de iniciada la vacunación en el planeta, la distribución mediante el mecanismo COVAX a los países más pobres no llega a 2 millones de vacunas[3]; lo que acrecienta la evidencia de esa aseveración y muestra que es mucho más lo que se debe hacer.
La falta de igualdad en las oportunidades hace que una crisis sanitaria como esta pandemia torne más pobres a quienes ya lo están y más ricos a quienes ya lo son. Tuvo razón Martin Luther King cuando dijo que "de todas las formas de desigualdad, la injusticia en la atención médica es la más impactante e inhumana"
El reto de producción de vacunas es un desafío de salud global. El esfuerzo debe ser colectivo para incrementar la capacidad de manufactura; una alianza público-privada con desarrolladores de vacunas y con países de nuestra región podría ayudar a cambiar la ecuación actual entre oferta y demanda. Colombia debe insertarse en ese proceso.
Insistimos en preguntar; ¿qué pensarán los ministerios de Relaciones Exteriores, Salud y Comercio sobre estas materias de salud global? ¿trabajan coordinados? ¿qué propuestas tenemos para plantearlas a nivel regional, hemisférico y mundial?
[1] Voysey M, et al; Oxford COVID Vaccine Trial Group. Single-dose administration and the influence of the timing of the booster dose on immunogenicity and efficacy of ChAdOx1 nCoV-19 (AZD1222) vaccine: a pooled analysis of four randomised trials. Lancet. 2021 Feb 19:S0140-6736(21)00432-3. doi: 10.1016/S0140-6736(21)00432-3. Epub ahead of print. PMID: 33617777; PMCID: PMC7894131.
[2] Wouters OJ, Shadlen KC, Salcher-Konrad M, Pollard AJ, Larson HJ, Teerawattananon Y, Jit M. Challenges in ensuring global access to COVID-19 vaccines: production, affordability, allocation, and deployment. Lancet. 2021 Feb 12:S0140-6736(21)00306-8. doi: 10.1016/S0140-6736(21)00306-8. Epub ahead of print. PMID: 33587887; PMCID: PMC7906643.